Alrededor del año 100 a.C., Teotihuacán pasó de ser un pequeño asentamiento a convertirse en un importante centro urbano. Sus habitantes originales, cuya identidad aún se desconoce, trazaron una ciudad meticulosamente planificada con un eje central y calles en forma de cuadrícula. Este primer periodo se caracterizó por el inicio de la construcción a gran escala, reflejo de una sociedad altamente organizada con capacidad para movilizar una vasta mano de obra.